Este 2021, la inflación ha resultado ser más alta de lo esperado, con una media de 6,5% en España y sigue subiendo los primeros meses del año. El incremento del precio de la energía ha tenido un notable efecto en todos los ámbitos de la economía, y no ha ayudado la guerra en Ucrania, con la amenaza de una penuria de gas.
Para luchar contra la inflación, el banco central europeo tiene varías herramientas entre las cuales está el tipo de interés principal, del cual dependen todos los tipos de intereses de los créditos.
Pero….¿de qué sirve subir los tipos de intereses para luchar contra la inflación? Os preguntaréis.
En una situación económica normal, la inflación está provocada por un exceso de demanda de bienes y servicios. Cuando los consumidores tienen trabajo y dinero, quieren comprar y esta alta demanda provoca un incremento de los precios porque no hay bastante oferta. Para luchar contra este fenómeno de calentamiento de la economía, la subida del coste del crédito tiene el efecto contrario, enfriando el ardor de la demanda.
El Euríbor en el cual se basan la cuasi totalidad de las hipotecas variables en España, es un tipo que cambia cada día y que determinará, a la próxima renovación del contrato, el importe de la mensualidad que tendrá que pagar durante el próximo periodo (generalmente un año).
El tipo de interés que se paga en una hipoteca se determina por la suma de tres elementos: el coste de refinanciación, en este caso el Euríbor, el riesgo de defecto y el margen del banco. El defecto llega cuando un deudor no devuelve el préstamo. Se hacen estadísticas generales y está perdida probable se reparte entre los diferentes préstamos. Y finalmente el margen del banco, es la cantidad que se cobra para pagar los servicios anexos, las nóminas, los locales y los accionistas.
Tal como es lógico, el elemento que está sometido a variaciones es el Euribor, que desde el año 2016 era negativo y no representaba ningún coste, por lo cual se han mantenido los intereses variables tan bajos durante los últimos cinco años. Pero no hay que olvidar que, en el caso de una hipoteca, hablamos de un plazo muy largo y que, en el año 2008, el Euríbor ha llegado a máximos del 5,48%, sin contar el margen del banco. Ahora no hay que entrar en pánico. Una diferencia de 1% en el interés variable supone a 25 años, 50 € al mes por cada 100’000 € de crédito.
La pregunta que cada uno debería hacerse hoy es de saber cuál es el precio de su tranquilidad. Porque puede que sea el último momento para pasarse a un tipo de interés fijo y olvidarse de las variaciones del Euríbor. Hoy aún se puede obtener tipo fijo por debajo del 3% a 25 años, sabiendo que la media del tipo variable a largo plazo es de un 5%. Ha llegado el momento de hacer números.
Agente inmobiliario friki